Los nutricionistas conocemos la composición química de los alimentos, su acción sobre los diferentes órganos y sistemas del cuerpo, los tratamientos culinarios a los que deben ser sometidos para resultar adecuados a cada paciente; al igual que los efectos que dichos tratamientos tienen en la manera de que el alimento sea metabolizado; es por este motivo que nunca hablo de alimentos buenos o malos sino de alimentos adecuados.

¿Adecuados para quién? Adecuados a ti y a lo que necesitas de la alimentación.

A continuación, voy a darte algunos ejemplos muy gráficos de lo que quiero transmitirte:

COMPOTA DE CIRUELAS

En caso de estreñimiento

CIRUELAS CON PIEL

En caso de control de peso. Siempre bien lavadas.

CIRUELAS PASAS

En caso de querer aumentar de peso.

PAN BLANCO TOSTADO O DEXTRINIZADO

En caso de gastritis.

PAN BLANCO MUY TOSTADO

En caso de diarrea.

PAN INTEGRAL

En caso de diabetes.

ARROZ INTEGRAL

En caso de triglicéridos elevados.

ARROZ BLANCO

En caso de úlcera gastroduodenal.

ARROZ BLANCO COCIDO

Arroz blanco cocido unas 24 horas antes de su consumo y conservado en refrigeración. Templar antes de comer. En caso de colon irritable.

COMPOTA DE MANZANA

En caso de acidez.

MANZANA ASADA CON CANELA

En caso de diabetes.

MANZANA CON AVENA

En caso de colesterol elevado.

PURÉ DE PATATAS

En caso de disfagia.

PATATAS ASADAS

Patatas peladas y cortadas en trozos pequeños, cocidas en agua hasta que queden al dente (7-8 minutos). Tras remojarlas 2-3 horas y eleminar el agua de remojo, escurrir bien y terminar cociión en el horno. En caso de diálisis.

PATATA COCIDA

Patata cocida unas 24 horas antes de su consumo y conservada en la nevera. Templar antes de comer. En caso de dieta FODMAP.

Estos ejemplos son muy generales, normalmente pueden darse distintas condiciones patológicas en un mismo paciente y como siempre deben “personalizarse” las pautas nutricionales.