Desde El Español

Hablar con alguien con mal aliento o halitosis puede llegar a ser una auténtica prueba de resistencia olfativa, pero sufrirlo en las propias carnes es una pesadilla. Según algunos estudios, llega a afectar hasta un 25-30% de la población adulta, aunque algunas fuentes llegan a ascender el porcentaje hasta el 50%.

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Es habitual despertarse con una sensación de mal olor bucal si se ha bebido alcohol o fumado en exceso, sólo que, en este caso, un cepillado básico de dientes lo elimina, pero la halitosis no es eso. «Se produce por el crecimiento de bacterias que aprovechan los restos de alimentos que quedaron en la cavidad bucal para producir compuestos azufrados (especialmente el metilmercaptano, el sulfuro de hidrógeno y el sulfuro de dimetilo), responsables de ese desagradable olor», explica a EL ESPAÑOL María Carmen Japaz, dietista y nutricionista.

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