¿Miedo a recuperar el peso perdido? Después de adelgazar debemos seguir atentos a las conductas y actitudes de riesgo. Relajar el autocontrol podría iniciar un proceso creciente de pequeños deslices que desencadenen una progresiva recuperación del peso perdido.

Quienes han logrado adelgazar y mantenerse, saben el esfuerzo que han invertido en ello, y el merecido logro del que disfrutan. También son conscientes del miedo a recuperar el peso perdido, un sentimiento persistente que a veces genera mayor vulnerabilidad y puede abrir las puertas a la recaída.

La posibilidad de volver a ganar peso se mantiene latente, esperando a que nos relajemos y bajemos la guardia. Por eso, a medida que se baja de peso es necesario desarrollar habilidades para manejar las situaciones de riesgo y prevenir experiencias desagradables. La evitación de estas “situaciones de riesgo” como pueden ser las vacaciones con la familia, salidas con amigos, comidas de trabajo, etc; no son la solución.

¿A qué llamamos situación de riesgo?

Llamamos situación de riesgo a cualquier situación que genere la posibilidad de comer de mas. Algunos ejemplos podrían ser la presencia de comida, estados de animo negativos o exultantes, estrés, ansiedad, autocompasión (sentir que “mereces comer” por que has tenido un día muy difícil en el trabajo), expectativas irreales, vacaciones, fiestas, salidas, demasiada rigidez o flexibilidad con el plan.

Evitar estas situaciones no solucionan el problema, menos aun a largo plazo; es necesario enfrentarnos a ellas y fortalecer nuestro autocontrol para que nuestra actitud ante la comida y nuestros objetivos, no tambaleen.

Recuperar el peso perdido… tu cuerpo siempre lo intentará

Recuperar los 5 o 20 kilos perdidos no sucede de un día para otro. Es el resultado de un proceso, una cadena progresiva de conductas, actitudes y eventos que se inician mucho antes de que comencemos a notar esa nueva subida de peso.

Aunque resulta difícil establecer claramente dónde empieza, recuperar el peso perdido forma responde a la tendencia natural del organismo a buscar su peso anterior, el que quedó grabado en esa registradora a la que se llama adipostato. El proceso puede iniciarse como consecuencia de algún factor estresante, un cambio positivo o negativo, pensamientos, sentimientos o conductas que comienzan a dar lugar a pequeños deslices o tropezones. Si estamos atentos a estas modificaciones y las reconocemos a tiempo podremos corregir el rumbo. Salir bien parado de una situación de riesgo genera una amplia sensación de eficacia y renueva las energías para seguir el camino.

Con los ojos bien abiertos veremos las señales que nos alertan y sirven para modificar nuestra conducta a tiempo.

Cómo identificar las señales 

SEÑALES RELACIONADAS CON LA COMIDA

1. Ir aumentando el tamaño de las porciones
2. Dejar de realizar las 5-6 comidas diarias
3. Empezar a picotear entre horas

¿Cómo solucionarlo?

1. Planifica las comidas, incluidos los tentempiés
2. Pesa los alimentos.
3. Toma fotos de las porciones indicadas.
4. Pide ayuda a tu nutricionista

SEÑALES RELACIONADAS CON LA ACTIVIDAD FÍSICA

1. Disminuir la frecuencia de la actividad física
2. Dejar de moverse con la misma intensidad con argumentos como la lluvia, el frío, el calor, cosas que hacer, etc.

¿Cómo solucionarlo?

1. Cambia el tipo de actividad física
2. Fracciona la actividad en períodos más cortos.
3. Busca un acompañante que te ayude a asistir a las clases o que camine contigo

SEÑALES RELACIONADAS CON NUESTRA IMAGEN CORPORAL

1. Dejar de mirarse al espejo
2. Evitar que te saquen fotos
3. Dejar de comprarse ropa

¿Cómo solucionarlo?

1. Observa honestamente tu ropa ¿te queda igual que antes?
2. Comprueba qué prenda dejaste de usar y déjala a la vista
3. Hazte un selfie y míralo frecuentemente

SEÑALES RELACIONADAS CON NUESTRO DIÁLOGO INTERNO

1. «Hoy como, mañana vuelvo a cuidarme
2. «Este poquito qué me va a hacer…
3. «Esta comida es especial, como todo porque no puedo comerla todos los días…

¿Cómo solucionarlo?

1. Estos pensamientos aparecerán como parte del proceso de cambio.
2. Coméntalos con una persona dispuesta a apoyarte.

“Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez, fracasa mejor»

Samuel Beckett