En muchas situaciones no nos apetece comer estando en presencia de otras personas: con tu posible nueva pareja, con tu jefe, con tu nutricionista, etc; sin embargo cuando nos juntamos con amigos y familiares la cosa cambia. Y tal es así que la cantidad de lo que comemos va aumentando proporcionalmente según el número de comensales. Cuando comemos acompañados, ¿comemos más?

 

¿Por qué cuando comemos acompañados comemos más?

En entender por qué nos sucede esto nos ayudará a visualizar el camino para evitarlo en futuras situaciones:

– Estamos atentos a nuestra conversación y nos olvidamos (parcialmente) de la comida. Piensa… eres capaz de decirme cuantas porciones de pizza comiste este fin de semana cuando estabas con tus amigos o cuántas patatas y cervecitas tomaste el jueves después del trabajo en casa de tu chico?

– Las comidas son mas largas al igual que la sobremesa. Mientras de lunes a viernes todo va tan de prisa… este es el momento de no mirar el reloj y prolongar el encuentro con los que queremos. El problema es que es un mayor tiempo de exposición a la comida y cuanto más tiempo estamos frente a la comida… más comemos.

– La insistencia de tu amiga que te dice que por un día no pasa nada o de tu madre que ha preparado croquetas y quiere verte disfrutar de ellas.

– La ansiedad y el estrés están ahí, sentados a la mesa contigo también; y aunque estas en un momento de evasión, si sientes que la comida te alivia, será tu salvoconducto y este es el momento perfecto.

En situaciones como las que te he mencionado podemos llegar a consumir hasta el doble de la energía que ingerimos habitualmente, así, casi sin darnos cuenta y como no somos consientes de esto no comprendemos por qué a pesar de cuidarnos y machacarnos en el gimnasio el resto de los días ganamos peso.

Empecemos entonces por darnos cuenta y no bajar la guardia en estas circunstancias de las cuales disfrutamos… pero disfrutemos de la compañía de los otros. Separemos esto muy bien, puedo disfrutar del tiempo compartido con las personas que quiero sin por eso tener que renunciar a mis objetivos de salud.

Consejos a tener en cuenta

1. Disfruta de la conversación y la compañía sin perder la cuenta de qué y cuánto comiste, es totalmente posible.

2. Si puedes elegir, elige platos mas pequeños, te parecerá que tu porción es más grande de lo que realmente es. Si usas un plato enorme, seguramente pienses que es muy poquito lo que estas comiendo y puedes distorsionar la realidad.

3. Beber en vasos anchos hace que bebas mas que cuando bebes en vasos largos, por lo que es recomendable usar estos últimos con mucho hielo para bebidas alcohólicas.

Recuerda además que el alcohol aporta calorías vacías y que desinhibe por lo que será muy complicado poder tener control sobre la comida luego de beber alcohol.

4. Escribe un guión de lo que vas a comer. Planifícalo antes, con la mente fría y ajústate a ello.

5. Perder el mido a decir “no, gracias”. Nadie se enfadará si saben lo importante que es para ti controlar tus límites, si no te apetece más es “no gracias”.

6. Al terminar de comer es recomendable retirar los platos de la mesa y si después de comer les apetece un cafecito con “algo dulce», que ese algo dulce sea lo que tienes incluido en tu plan de alimentación. Una vez más, planificarse antes hará que en ese momento tengamos un plan y no nos enfrentemos con la guardia baja ante la tentación de querer probarlo todo.