Muchas veces oigo en la consulta: «Todo lo que consigo durante la semana se pierde el fin de semana. Hasta 2300 Kcal extras en un día de comidas y copas con amigos».

Es muy frecuente escuchar en palabras de mis pacientes, la frustración que sienten los lunes al pesarse y ver como la bascula les devuelve un peso que habían perdido de vista días atrás. Observo con qué desanimo enfrentan la nueva semana de tratamiento nutricional al no comprender que ha sucedido el fin de semana… que hace que todo el esfuerzo realizado de lunes a viernes se haya esfumado.

Mi respuesta es que somos los mismos cada día y por tanto nuestro metabolismo es como es. Por tanto, pensar que los sábados y domingos “no cuentan” y no pasan factura a la báscula es un error y un cierto autoengaño.

Es indiscutible que los fines de semana aprovechamos para quedar con amigos, familia y siempre siempre… está la comida en medio de estos encuentros. No quedamos para caminar o para andar en bici… o si lo hacemos luego de la actividad física siempre llega la hora de comer.

El comer no es el problema, el disfrutar de ello tampoco. El problema está en bajar la guardia y alejarme de lo que por salud se que es lo mejor para mi. Mi consejo, es que disfrutes sin olvidar cual es tu objetivo. Que las risas, las confidencias estarán, que la química con la gente que quieres es real y no necesitas olvidarte de ti, de tus propósitos para exprimir al máximo esos momentos.

En este sentido siempre planificar los días de ocio que compartimos con familiares y amigos es la mejor alternativa; mas aun cuando llevamos poco tiempo cuidándonos y aun no está interiorizado ese mecanismo de autocontrol que nos hace mantenernos firme y consecuentes con lo que queremos para nosotros. Muchas conductas relacionadas con nuestra alimentación están muy arraigas en nuestra forma de ser y debemos dar tiempo a que reaprendamos a relacionarnos con la comida.

 

Algunos consejos para disfrutar del fin de semana sin arrepentirte luego

Planifica y piensa que puedes darte un gusto, pero tu metabolismo funciona exactamente igual que el resto de los días de la semana.

– El organizarte te permitirá no pasar muchas horas sin comer, llevar alimentos como fruta, frutos secos o un sándwich en la mochila o en el bolso, para comer entre horas.

– Lleva siempre una botellita de agua.

Si sales a comer fuera:

No te saltes comidas, empezando por el desayuno y si es necesario realiza un tentempié “extra” antes de quedar a comer.

Come despacio, mastica muy bien los alimentos, saboréalos.

– Si vas a un buffet libre, no pierdas de vista el tamaño de las porciones que comes durante la semana, esa es tu ración.

– Si puedes elegir de un menú pide tú primero, así no te sientes tentado ni condicionado por lo que pedirán los demás.

– Mientras esperas la comida, recuerda beber líquidos: agua, agua con gas, limonada sin azúcar, refresco light o zero. Siempre que te sea posible usa hielo.

No pienses en compensar un exceso dejando de comer mañana o ayunando; quizás si puedas plantearte dar un largo paseo. Piensa en lo que puedas hacer por ti, hoy.

Si sientes mucho apetito pide una ensalada: las verduras y hortalizas aderezadas con limón o vinagre, unas gotitas de aceite y una pizca de sal, te ayudarán a sentirte mas saciado antes del plato principal.

Evita excederte con las bebidas alcohólicas. EL EFECTO METABÓLICO DEL ALCOHOL PUEDE RESULTAR MUY NEGATIVO. Fija un limite de cervezas, vino o copas y no te excedas. Procura alternar bebidas como la cerveza o vino con claras o tinto de verano; es una manera de reducir la cantidad de alcohol que consumes.

– Si de postre hay algo que te gusta mucho y no puedes resistirte… comparte tu ración o prueba 1 o 2 cucharadas de la ración de tu amigo.