Llega el verano y con él las ganas de hacer más actividades al aire libre, las piscinas.. y empezar a enseñar un poco más de piel que hasta ahora. ¿Podemos preparar la piel para el bronceado cuidando nuestra alimentación? ¿Cómo podemos nutrir la piel en estos días?

Nuestra piel

La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo, define, limita y protege a cada persona y se encuentra en estrecha relación con el resto de nuestro organismo. La salud de la piel y su aspecto dependen directamente del estado de los órganos internos y del metabolismo general.

La alimentación es el factor mas importante para el cuidado y conservación de la piel, ningún otro tejido resulta tan afectado por una dieta carente de nutrientes. La piel refleja en su estado las carencias alimentarias e incipientes alteraciones orgánicas.

Al ser el tejido con mayor capacidad de regeneración, con un constante recambio de células, necesita un aporte continuo de nutriente: proteínas, ácidos grasos insaturados, vitamina A, carotenos, vitamina C, vitaminas del grupo B; además de un elevado aporte de agua, la cual es imprescindible.

La dieta debe aportar esta variedad de nutrientes en cantidades suficientes para mantenerla en un perfecto estado de salud y belleza. Si se cuida la alimentación puede apreciarse con el tiempo, un rejuvenecimiento de la piel.

Una de las principales funciones de la piel es la eliminación de toxinas, todo aquello que no se elimina por el intestino o por los riñones, la piel intentará eliminarlo. Por tanto, mantener un ritmo intestinal regular, evitar el estreñimiento, beber abundante cantidad de líquido para favorecer la diuresis; son 2 puntos importantes para mantener una piel limpia y saludable.

¿Qué nutrientes necesita nuestra piel?

1. Proteínas

Tanto en la dermis como en la epidermis hay diversas proteínas de las cuales destaca la queratina. Es una proteína fibrosa rica en azufre. Todas las proteínas se eliminan mediante el proceso de descamación normal de la piel por tanto es necesario reponerlas a través de la alimentación.

Una dieta baja en proteínas es un factor de envejecimiento prematuro que potencia la fragilidad de la piel, mientras que con un consumo adecuado de alimentos ricos en proteínas, distribuidos a lo largo del día, nos aseguramos un óptimo recambio cutáneo.

El ciclo de vida de las células de la piel varía de 13 a 100 días; su capacidad de regeneración es una de las mas elevadas del organismo; esto puede hacernos comprender que requiere del aporte continuo de cada nutriente, a modo de ladrillos para regenerarse

2. Ácidos grasos poliinsaturados

De estos ácidos grasos depende la integridad de la piel, su espesor normal y su estado de hidratación.

Los ácidos grasos omega 6 son muy importantes para la piel, por tanto incluir en la alimentación aguacates, legumbres, cereales integrales, aceitunas o de suplementos como el germen de trigo o el aceite de onagra y el de borraja es muy beneficioso.

3. Vitamina A

Es una vitamina fundamental para la integridad de la piel y las mucosas interiores. Evita que se agrieten y de este modo impide infecciones al mantener íntegros los tejidos a modo de barrera. El consumo de pescado blanco y azul aportarían esta vitamina en cantidades suficientes

4. Carotenos

Estos compuestos son pigmentos que confieren tonalidades amarillentas, anaranjadas y verdosas a los alimentos que los contienen. Una parte de ellos se convierte en el organismo en vitamina A, y la otra se almacena debajo de la piel ejerciendo un papel protector fundamental y a la vez confiriendo un tono agradable al tejido cutáneo.

5. Vitamina C

Con la edad se reduce el colágeno de la piel dando lugar a la pérdida de elasticidad y a la aparición de arrugas. Para que nuestro organismo produzca colágeno es fundamental la presencia de la vitamina C, por tanto, consumir a diario frutas y ensaladas es una buena manera de asegurarnos dosis adecuadas de esta vitamina.

Además, el ácido ascórbico o vitamina C, desempeña un importante papel antioxidante protegiendo a todas las células de nuestro cuerpo del daño oxidativo.

Solo podemos obtener la vitamina C necesaria a través de los alimentos, nuestro organismo no puede sintetizarla, razón por la cual debemos incorporarla en cantidad suficiente en nuestra alimentación a diario.

6. Vitaminas del Grupo B

La carencia de cualquier de las vitaminas de este grupo tiene repercusión directa en la piel como por ejemplo sequedad, dermatitis o mala regeneración. Las levaduras, el germen de trigo, las legumbres, los cereales integrales, las carnes, los pescados, los huevos y los lácteos nos aseguran un aporte adecuado para evitar carencias

7. Agua

Sin tener en cuenta las pérdidas por el sudor, cada día se evaporan entre 300 y 600 ml de agua a través de la piel. Este tejido se reseca permanentemente por tanto se necesita de un aporte continuo de agua.

Con una dieta con cantidades suficientes de agua y, también de aceite, nos aseguramos un adecuado grado de humedad. Si aumenta la pérdida de agua por el sudor en épocas de mucho calor, es importantísimo beber mas cantidad de agua y reponer dichas mermas.

En la siguiente tabla puedes observar las carencias de vitaminas, minerales u oligoelementos afectan directamente a la piel:

nutrir la piel tabla

Puntos importantes sobre nutrir la piel

• La piel refleja nuestro estado interno. Esta en estrecha relación con nuestro medio interno, no es un órgano inconexo.

• Para el tratamiento de alergias cutáneas, utilizar el aceite de oliva como única grasa para cocinar y aliñar da muy buenos resultados.

• Para el acné y las impurezas del cutis, es recomendable incorporar en la alimentación diaria importantes cantidades de frutas tropicales, zanahorias, pepino, melón y polen.

• El primer tejido en sufrir las consecuencias de la ingesta insuficiente de agua es la piel.